Conexión entre mentes. Los telépatas

Que la telepatía es un hecho que se produce esporádicamente de forma natural, es algo que casi nadie pone en duda. Cuantas veces nos habrá ocurrido pensar en una persona y recibir noticias suyas a continuación. O tener la misma idea que otra persona, sin que haya comunicación entre nosotros. Algunas veces es coincidencia, pero otras, una sabe que ha habido algo más.

Para desarrollar nuestra capacidad telepática es evidente que necesitaremos la ayuda de al menos una persona más: difícilmente podremos ensayar la conexión de mentes si no contamos con un colaborador.

La forma más sencilla de probar nuestras capacidades telepáticas es mediante las cartas zenner, pero sirve cualquier otro método que queramos idear.

Las cartas zenner son una baraja de 25 cartas con 5 símbolos en ellas: cuadrado, círculo, estrella, ondas y triángulo. Cinco cartas de cada tipo. Si no tenemos ninguna podemos comprarla o hacerlas nosotros mismos, con cuadrados de cartulina que podemos imprimir en el ordenador (una búsqueda rápida en google os puede mostrar como son, muy sencillas de hacer en casa). Da igual, el caso es tener cinco símbolos fáciles de reconocer y fáciles de distingur entre ellos.

Supongamos que tenemos ya nuestra baraja. Lo mejor es situarse las dos personas de espaldas, de forma que cada una no pueda ver lo que la otra tiene en las manos. Si es necesario, se puede situar incluso una mampara u otro tipo de separación física, aunque para los primeros tanteos, recomiendo que no sea en habitaciones diferentes.

En los contactos telepáticos suele haber un emisor y un receptor. Como a priori no sabremos qué se nos da mejor, lo ideal es probar ambas cosas, alternativamente, y ver qué tal. Y a ser posible, con varias personas diferentes (si yo soy un receptor excepcional, pero practico con un pésimo emisor, poco podré captar). Probando con varias personas, aumentamos la posibilidad de que alguna de ellas sea un buen emisor o receptor.

Bien.

Paso 1- Situémonos de espaldas uno contra otro. Uno tiene las cartas y otro tiene un papel y un lapiz.

Paso 2- El que tenga la baraja, debe barajar, obviamente, de forma que los símbolos de las cartas salgan aleatoriamente.

Paso 3- Coge la primera carta y concéntrate en ella, en emitir ese símbolo, concéntrate intensamente en él durante un minuto (es importante establecer un límite de tiempo, y avisar al receptor de que va a pasarse a emitir una carta nueva). Mientras tanto, el que haga de emisor debe tratar de vaciar la mente para captar el símbolo que el otro le está enviando, y cuando lo tenga claro, anotarlo.

Recomiendo anotarlo de forma que no sea facil ver los símbolos anteriores, de forma que no nos condicione haber pensado que el anterior era un círuclo, y creamos que como ya llevamos cinco, el siguiente debe ser otra cosa. debemos recibir cada carta como si fuera única, y no parte de un grupo. Así, minimizaremos los errores.

Paso 4- Una vez emitidas y recibidas las 25 cartas al completo, se estudian los resultados. Por azar, se deberían acertar más o menos un 30% de las cartas. Por encima de esa cifra, otros factores han influido, es decir, se ha producido telepatía.

Una observación: este ejercicio telepático es bastante agotador. Tras casi media hora de continua concentración, conviene relajarse y probar de nuevo en otro momento. Como a un buen músculo, se debe entrenar la mente con progresión, sin darse grandes palizas.

Una vez que se haya probado como emisor y receptor con varias parejas, es conveniente practicar en el papel que mejor nos haya ido y con la persona con la que hayamos tenido mejores resultados, para desarrollar todo el potencial.

Lo habitual es que con la práctica los resultados mejoren considerablemente. En próximas entregas hablaremos sobre cómo matizar y desarrollar este contacto telepático.

Detectar el Aura

Como hemos visto en otras entradas, todos tenemos (al menos) un cuerpo físico y un cuerpo energético o astral. La unión de estos dos cuerpos se manifiesta, entre otras maneras, en forma de un aura o halo que recorre toda la superficie del cuerpo, y se proyecta un par de centímetros más allá de la piel.

Dependiendo de la vibración de la energía que tengamos, el color de nuestra aura será diferente, incluso puede variar entre unas y otras partes del cuerpo.

La entrada de hoy tratará de describir la manera de ver el aura que nos rodea. En entregas prosteriores trataremos de profundizar en esta manera de observar el mundo y desentrañar su significado.

Para ver el aura, lo primero que hay que hacer es abrir los sentidos a la detección de algo que está más allá de lo que habitualmente vemos. Es decir, tratar de relajar la visión, de igual manera que se hace con esos cuadros de puntitos que al mirarlos de cierta forma, permiten ver el dibujo que antes era imposible observar.

Paso 1- Relajarse y sentarse cómodamente, en una habitación a ser posible iluminada por luz solar indirecta. Importante que la luz del sol no nos de directamente, pues podría confundir lo que vemos.

Paso 2- Levantar la mano, extendiendo los dedos y tratar de desenfocar la vista, “viendo sin mirar” los dedos extendidos de nuestra mano. No deben verse al trasluz, ni a traves de rayos del sol, sino simplemente con buena luz indirecta, mejor aún sobre fondo blanco. Es importante intentar hacerlo sin esfuerzo, mediante la relajación de la vista, en vez de forzándola.

Paso 3- Poco a poco se debe ver una especie de remolinos o corrientes de uno o dos milímetros recorriendo la piel, similar al efecto que se ve cuando hace mucho calor, cuando parece que se distorsionan los objetos con las vaharadas de calor. Esa corriente que recorre la piel, es el aura.

Inicialmente, es posible que sólo se distinga esa especie de corriente, pero con práctica iremos distinguiendo distintos colores en ella. Eso si, son colores sutiles, suaves. Que nadie espere ver los brillantes colores que se suelen ver en las fotos de las cámaras kirlian, porque hasta donde yo se, a simple vista estos colores no se observan tan brillantes y claros, sino más bien translúcidos, sutiles.

Es conveniente practicar con distintas personas, ya que a veces, notando la diferencia entre unos y otros podemos darnos cuenta más fácilmente de lo que estamos tratando de ver. Recordemos que es un campo de energía muy sutil, no es fácil detectarlo y menos aún distinguir en él cualidades como color y amplitud.

Si consigues ver esos remolinos y además detectas sus colores sutiles, entonces has logrado ver el aura. En próximas entregas profundizaremos en métodos para perfeccionar su estudio.

El cuerpo astral ¿qué es?

Tradicionalmente se ha considerado que el Cuerpo Astral es un doble energético de nuestro cuerpo físico, en muchas culturas identificándolo como alma o espíritu.

En realidad, poco se sabe sobre lo que es o lo que puede hacer nuestro cuerpo astral. Sí se conocen varias técnicas para hacernos más patentes nuestras conexiones con él, o incluso desdoblarnos en cuerpo físico y cuerpo astral, permitiendo a éste segundo más libertad, para desplazarse en este u otros planos de existencia.

Siempre se ha dicho que durante el sueño, es el cuerpo astral el que viaja a otras dimensiones, y de las difusas sensaciones que obtenemos de estos viajes, se generan los sueños, que nuestra mente interpreta de forma errática si no está entrenada.

Durante el sueño, por tanto, el cuerpo se desdoblaría en físico y astral, permaneciendo ambos unidos por un cordón de plata. Un brusco despertar provoca entonces un retorno violento al cuerpo físico, que se suele identificar como la sensación de “caer” que tenemos algunas veces en la cama, al despertar.

¿Se puede llegar a conocer y controlar este doble astral nuestro? Si, existen muchísimas técnicas que se pueden encontrar fácilmente navegando un poco por la red. En resumen, todas se basan en lo mismo: relajación de cuerpo físico hasta el punto de que podamos “ignorarlo” de forma consciente y toda nuestra voluntad se vuelque en controlar el cuerpo astral, pudiendo entonces controlarlo de forma consciente.

¿Es peligroso hacer viajes astrales? Pues depende. De la misma forma que no se puede afirmar si es peligroso o no salir a pasear a un parque, todo conlleva sus riesgos, incluso respirar. Pero no por eso vamos a dejar de hacerlo. Simplemente es necesario conocer bien lo que hacemos, cómo hacerlo y tener muy claros los límites que tenemos nosotros y lo que queremos conseguir.

Los viajes astrales no son peligrosos en sí mismos, pero si pudiéramos ir a cualquier lugar del mundo y ver lo que quisiéramos sin que nadie se diera cuenta ¿sería ético que lo hiciéramos?.

Comunicación con "algo más", los mediums

Que existe algo más allá de lo que conocemos es un tema en el que todas las culturas y civilizaciones de la historia han estado de acuerdo. Cada una lo ha interpretado a su manera: dioses, fuerzas de la naturaleza, espíritus o demonios. Todos han estado de acuerdo, e incluso hoy en día se mantiene, en que hay “algo” diferente al cuerpo material de carne y hueso.

A menudo se comentan anécdotas o casos curiosos de gente que afirma que ha podido contactar con estos entes, ya sea en forma de trance, o a través de herramientas como la ouija, u otros métodos.

El que hoy vamos a tratar es, a mi juicio, el más sencillo: la escritura automática.

En sí no tiene mucho secreto, consiste en empezar a escribir tratando de dejar la mente en blanco, de forma que el brazo funcione “solo”. Dejamos la mente en blanco para que pueda ser guiada por ese “algo más”, ya sea que creamos que es un espíritu, un enviado de dios, nuestro inconsciente colectivo, una entidad sobrenatural, o lo que sea.

El método en este caso es importante, ya que dejar la mente en blanco mientras al mismo tiempo se le da movimiento y se escribe, es algo complicado.

Lo ideal es encontrar un momento del dia donde estemos seguros de que tendremos al menos media hora sin interrupciones. Luz suave, silencio mejor que música, y a ser posible, un clima cómodo, que no tengamos frío ni calor.

Nos sentaremos ante una mesa, con varios folios en blanco y un lapiz o Boli, eso da igual. Respiramos varias veces, tratando de relajar el cuerpo y la mente, y ponemos el lapiz sobre el papel.

Mi consejo es que empecemos a escribir aunque no tengamos la mente en blanco, simplemente garabateando distraídos, pensando en otra cosa, y que poco a poco vayamos vaciando la mente de contenido, mientras la mano continua.

Puede requerir bastante práctica llegar a un resultado evidente. A veces, el tipo de letra cambia, a veces se nota que es un mensaje porque sientes una vibración, una energía distinta recorriendo el brazo. A veces incluso ves que lo que has escrito está al reves, como si lo vieras reflejado en un espejo. Al terminar y releer lo escrito, si hay un mensaje se verá claramente.

Con algo de práctica, es fácil situarse en el estado mental adecuado, y conseguir una escritura automática fluida. Sin embargo, no siempre habrá gente al “otro lado” deseando comunicar un mensaje, así que no desesperemos si a veces no funciona. Puede que simplemente no tengan nada que decirnos en ese momento.

Curso: Desarrollar tus Capacidades Extrasensoriales

Todos poseemos capacidades que van más allá de lo que podemos medir y cuantificar. Todos podemos amar, todos podemos sentir pena, podemos notar cuando algo no va bien, detectar una atmósfera tensa.

Y en realidad, nada de esto lo podemos demostrar. Existen, por tanto, otras energías, otro mundo más allá de este material. En lo único que discrepamos es en qué consiste ese mundo, cómo es, y qué es o no posible en él.

De la misma forma que un niño al nacer no sabe andar, pero puede aprender si se le enseña, todos podemos en potencia poseer alguna o todas estas capacidades que se han llamado místicas o esotéricas, por no decir simplemente menos conocidas. Forman parte de nuestros sentidos, y a menudo las usamos de forma instintiva. Son las capacidades que están relacionadas con nuestra vida en sociedad, y se hallan en pleno desarrollo evolutivo en nuestra especie.

En este curso se pretende dar una serie de orientaciones, o pautas que puedan ayudar a despertar y desarrollar estas capacidades que tenemos.

En general el curso se desarrollará de la siguiente manera: habrá una serie de breves temas iniciales donde trataremos distintos tipos de capacidades. A medida que se vayan completando esas unidades, se irán subdividiendo en distintos ejercicios para profundizar en cada una de ellas.

A medida que el curso vaya avanzando se irán añadiendo nuevos apuntes a este tema introductorio, a modo de índice general. Si empiezas hoy y tienes curiosidad, te recomiendo que empieces por el principio, y vayas viendo como te sientes en cada opción de entre las primeras, hasta que encuentres la que más te conviene. Y una vez sepas donde estás más a gusto, vayas profundizando en los distintos ejercicios.



ÍNDICE GENERAL

  1. Introducción: ¿Qué son las capacidades extrasensoriales?
  2. Detección de energías a través de las manos. Los sensitivos.
  3. Predecir el futuro. Los videntes.
  4. Conectar con "algo más". Los mediums.
  5. Detectar el Aura. El cuerpo astral.
  6. Conexión entre mentes. Los telépatas

Predecir el futuro

En esta entrega del curso, vamos a analizar cómo potenciar el contacto con nuestra capacidad de predecir el futuro.

A todos alguna vez nos habrá pasado que hemos soñado algo que después se ha cumplido, o hemos tenido una sensación o un pálpito sobre algo o sobre alguien que después ha resultado ser una advertencia, un vislumbre de lo que nos esperaba en el futuro.

Existen maneras de potenciar esta facultad, y facilitar la comunicación con nuestro futuro. Hoy empezaremos por la más sencilla, que en posteriores entregas iremos matizando y ampliando.

No es necesario ponerse en trance, o meditar, o lo que sea que digan por ahí, pero sí concentrarse y enfocarse en la tarea que estamos haciendo, sin distracciones. De todas formas, si meditar o hacer yoga, o hacer el pino puente o cantar opera os relaja y os ayuda a entrar en situación, adelante. Mal no va a hacer. Cada uno funciona a su manera.

Pero, repito, lo importante es estar enfocado cien por cien en la tarea. Hay quien prefiere cerrar los ojos y quien prefiere hacerlo con los ojos abiertos, sentado cómodamente en una silla. Mi consejo es que busquéis un método para enfocaros que no sea demasiado complicado, y que podáis luego practicar de forma habitual sin problemas: si para poneros en situación tenéis que esperar a la cuarta luna llena del año, a medianoche, con incienso y sándalo mientras os bañáis en agua perfumada con aceite de rosa mosqueta, es evidente que no tendréis muchas ocasiones de practicar., Y la práctica es siempre, pero siempre, fundamental.

Lo primero que debemos tener claro es que lo que buscamos es un cierto “estado mental”, una cierta forma de enfocar la mente, y que no importa como lo consigamos, eso es cosa de cada uno. Yo os voy a recomendar el método que he visto que da mejores resultados.

Paso 1- Sentaros en un sillón cómodo, relajados. No hace falta cerrar los ojos. Respirar profundamente un par de veces, notando como el oxígeno llega hasta la punta de los dedos de las manos y los pies.

Paso 2- Visualizad un calendario. Puede ser un calendario del año, o un horario del día, o semanal. Yo recomiendo empezar por visualizar las horas de un solo día, el presente, porque así podremos comprobar nuestros resultados con facilidad.

Paso 3- Elegid un momento del día que sepáis que va a ocurrir algo pero que haya cierta imprecisión respecto a cuándo lo hará. Por ejemplo: habéis quedado con un amigo en que os llame esa tarde, y sabéis que normalmente lo hace a las seis o siete de la tarde. Pero no sabéis si será a las seis y cuarto, las siete…. Que haya algo de variación. Funciona mejor cuanta menos implicación emocional tengamos, para evitar confusiones: mejor elegir a qué hora llega la pareja a casa que elegir en qué momento nos llamará esa persona que tanto deseamos que nos invite a salir.

Paso 4- Recorred mentalmente ese horario del día, pensando en ese acontecimiento, y buscad donde hay un “escalón”, o una diferencia de “luminosidad” o algo similar. La primera vez puede pasar desapercibido, pero si repasáis varias veces el horario del día cada vez se verá con mayor claridad ese “salto” a una hora determinada. Intentad fijar con la mayor exactitud la hora. A menudo, funciona intentar visualizar la esfera de un reloj, cuando ya teneis más o menos fijado el cuarto de hora en que se trata, e ir pasando mentalmente el minutero de minuto a minuto sobre el momento que habéis detectado. Se nota una cierta “resistencia” cuando pasáis por el minuto correspondiente, como un bloqueo o barrera que hace que cueste más pasar al minuto siguiente.

Anotad la hora y comprobad si la llamada o lo que sea, tiene lugar en ese momento. Si es así, tratar de recordar la sensación, el escalón, o diferencia, o barrera o lo que fuera que sentisteis, esa resistencia mental. Si no ha funcionado, probad a repetirlo al día siguiente. No siempre podréis conseguirlo a la primera, ni a la segunda. Pero a la tercera o cuarta vez, algo deberíais notar o es que estáis haciendo algo mal (o que esta no es vuestra mayor habilidad, y deberíais entonces probar con algún otro ejercicio para comprobar con qué tenis mayor afinidad).

Paso 5- Una vez que hemos aprendido a detectar cuál es la sensación que buscamos, repetimos el ejercicio, pero sin buscar un acontecimiento concreto. Repasamos las horas de un día o de una mañana, para no ser tan extenso, y anotamos los momentos en qué nos parece que hay esa “barrera” o escalón. Y observamos durante esa mañana qué sucede en esas horas. Lo normal es que suceda algo: una visita, una llamada, una sorpresa, o algo. No tiene que ser grandes cosas: por ejemplo, podéis predecir que esa mañana el jefe entrará por la puerta a las 10:17, en vez de a las 10:14. El objetivo es encontrar el punto donde detectamos el escalón, y aprender a reconocerlo. Matizar a qué se refiere, si es o no importante, y otros detalles, los describiremos en el siguiente ejercicio.


Es un ejercicio sencillo, pero fundamental para poder llegar a desarrollar esa parte de nuestra mente.

Adsense